La empresa Artelán culmina los trabajos de restauración del retablo mayor de Santa María, obra de Nufro de Ortega y Juan Bautista Vázquez el Viejo.
Aunque todos los carmonenses hemos mirado en innumerables ocasiones el retablo plateresco de Santa maría, esto no quiere decir que lo hayamos visto realmente. Solo cuando se observa con detenimiento se empieza a descubrir realmente la belleza de las cosas. En este caso no bastaba solo la mirada sino también el trabajo meticuloso de quien por fin lo ha restaurado, permitiéndonos disfrutar del retablo en todo su esplendor.
Hace veinticinco años, cuando Don José Antonio Gómez Coronilla llevaba unos cuatro años siendo párroco de esta iglesia, empezó a fraguar la idea de restaurar su retablo y a gestionar la manera de llevar esto a cabo. A pesar de los numerosos proyectos que le presentaron, ninguno le dio bastante confianza para realizarlo.
Con el paso del tiempo, se plantearon otras posibilidades. Muchas veces se trata tan solo de llamar a la puerta correcta en el momento correcto y hace ahora unos tres años, decidió ponerse en contacto con el Ministerio de Cultura.
Al mismo tiempo la revista “Conservación y restauración” sacó un artículo sobre el retablo, quizás esto pudo influir para que el Ministerio se interesara por el proyecto.
A los seis meses de ponerse en contacto con el ministerio la Directora General de policromía anunció su visita a Carmona para ver la calidad del retablo y su estado de conservación. Su entusiasmo fue tal, que prometieron empezar en junio 2007 y efectivamente en esa fecha se empezó a montar el andamiaje. El periodo de restauración ha durado desde Julio2007 hasta agosto 2008.
En su momento el proyecto salió a concurso en el BOE con una oferta inicial de 300.000 € ,aunque el coste real ha sido superior, y se presentaron varias empresas. La idea era dárselo a la empresa que ofreciera más garantías. Finalmente se asignó el proyecto a la empresa Artelán, con sede en Segovia y experiencia en diferentes localidades de la comunidad de Castilla-León. Aunque el proyecto debía realizarse en dos años, doblando el número de restauradores se ha podido terminar en un año. Aún queda pendiente la iluminación, de la cual también es responsable Artelán. Don José Antonio solo tiene palabras de elogio hacia los trabajadores, por su profesionalidad y su vocación.
Restaurar un retablo de estas características puede estar lleno de sorpresas. Se ha puesto en valor la riqueza de su policromía, en sus casi 200 figuras no se repite ni una sola vez la misma policromía del ropaje y desde abajo hasta arriba la perfección es la misma. Detalles milimétricos, como pequeñas flores, decoran los ropajes.
Nufro de Ortega fue el arquitecto de este retablo y Juan Bautista Vázquez el Viejo su imaginero, dicen que la belleza de su policromía y todos sus detalles se deben a que no pintaba solo para los hombres sino sobre todo para su Dios.
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