martes, 26 de mayo de 2015

La revista Palimpsesto cumple 25 años

Por Fran Cruz.

El día 5 de junio se presentará en el Teatro Cerezo, a las 21’00 h, el nº 30 de Palimpsesto, con el que esta revista de creación cumple veinticinco años de existencia ininterrumpida, gracias al permanente y exclusivo patrocinio de las sucesivas corporaciones municipales. Toda fecha redonda merece destacarse y, más aún, si tenemos en cuenta que, salvo excepciones, la vida de las revistas literarias suele ser muy corta. De acuerdo con su vocación hispanoamericana, tanto los contenidos como las ilustraciones de este número nos hablan del fructífero mestizaje entre España y América, cuyo encuentro, desde 1492, a la vez con felices y penosas consecuencias (como siempre ha ocurrido en la historia del hombre) nutre todos los ámbitos de la vida, empezando y acabando por el de la lengua.

Este extraordinario sincretismo creador se pone de manifiesto en el libro de la Colección Palimpsesto, dedicado al puertorriqueño Luis Palés Matos (1898-1959), uno de los principales padres de la poesía negra en castellano, que con sus ritmos afrocaribeños ya encandiló a Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca.

Gracias a la decisiva colaboración de la Sede Olavide en Carmona, el acto culminará –como colofón a tan sostenida trayectoria– con el concierto Las idas y las vueltas, música barroca colonial en diálogo con el flamenco, cuyo título ya evoca el incesante trasiego cultural entre las dos orillas del Atlántico. Dirigida por Fahmi Alqhai e interpretada por el cantaor Arcángel y el grupo de música antigua Accademia del Piacere, tan singular y bella obra – en la que van y vienen romances, siguiriyas, folías, guarachas o guajiras– mereció, en 2012, el Giraldillo a la Mejor Música en la Bienal de Flamenco de Sevilla.

martes, 5 de mayo de 2015

Delicadeza Patrimonial. O cómo entender un recurso que se escapa

Por Antonio García Baeza. 
Historiador del Arte y Museólogo.

Mucho se viene hablando en los últimos tiempos de Patrimonio Cultural como concepto al que aludir cada vez que se busca un rango distintivo de calidad. Ante la coyuntura actual en que este recurso se enarbola en nuestra ciudad como vía de desarrollo mediante su explotación turística deben surgirnos varios interrogantes: ¿es sostenible la línea marcada? ¿Están bien dirigidos los recursos que se le destinan? ¿Hay que mirar únicamente al visitante o debe primar el disfrute público? Y los profesionales dispuestos a su frente ¿son suficientes y atienden al, tan aludido, sistema multidisciplinar? ¿Se incentiva su investigación? Más aún, ¿qué ocurre con los patrimonios aún no contabilizados?

Vayamos por partes.

Sin duda Carmona custodia, por mor histórica, uno de los mayores conjuntos históricos y culturales de España. Una realidad palpable propiciada por la estima de los carmonenses que han sido y son, y por la delicadeza que han tenido para con el recuerdo sus predecesores. Este respeto, sabiamente, nunca se ha confundido con el conservadurismo o el inmovilismo sino que se ha sabido compaginar con el presente bajo el concepto de sostenibilidad, que permite su reinvención y disfrute continuo.

Pues bien, en los últimos años hemos asistido impávidos y desarmados a la relajación de tales principios por parte del Ayuntamiento. Hemos contemplado cómo quien se debe erigir como el primer garante de la reserva patrimonial no sólo ha olvidado su cometido sino que ha dispuesto, avalado y permitido situaciones, como mínimo discutibles, pese a la advertencia expresa de un buen número de ciudadanos, profesionales y técnicos. No hablamos de calles sucias, ni de cables –urbanos o efímeros– pululando por toda la ciudad. Hablamos del tráfico rodado que ha cruzado espacios peatonales tan consolidados como la calle Prim o la Puerta de Sevilla. Las cajas de luces ancladas a muros históricos. Las obras viarias descontroladas. Los mercados de ocio dispuestos en espacios preservados por el Estado como reserva histórica. El fin de la huella de edificios históricos como san José. Los temerarios usos de varios emblemáticos inmuebles. O la falta de tacto al colocar ‘cacharritos’ durante el paso del cortejo de las cofradías. Factores que denotan, no sólo dejadez o la merma de recursos, sino un desconocimiento pleno de la materia y una falta de delicadeza patrimonial por parte de los gestores políticos.

Ante esta realidad los carmonenses debemos responder como lo hemos sabido hacer a lo largo de nuestra existencia, es decir, manifestándose cada cual como agente del patrimonio más cercano: encalando paredes, luchando por el flamenco, cuidando nuestro entorno, comprando en nuestros comercios, engrandeciendo nuestros cortejos cofrades… Y es que existen tantos patrimonios como sensibilidades ha tenido la humanidad. Por ello no sólo los edificios, la arqueología o los documentos se contabilizan como tal, sino también el arte, los libros, las costumbres, los ritos, las industrias históricas, la artesanía, los útiles de labor, los motes, el cante y un largo etcétera por el que hay que luchar día a día.

Carmona es una pequeña-ingente reserva de patrimonios que debe contar con recursos continuos para su preservación. Debe diversificar el conjunto de los profesionales que se dedican a su custodia por medio de profesionales de nuevo cuño que están preparados en la materia. Debe propiciar y divulgar investigaciones ad hoc. Pero también debe volver a hacer hincapié en la educación diaria, desde el niño al adulto, sin relajación alguna, y volver a empoderar a los vecinos –tanto individuos como colectivos asociativos– como los principales creadores, conservadores, investigadores y difusores de la cultura del municipio.

Y aún restan nuevos retos que nuestra ciudad aún debe afrontar. Otros patrimonios que se nos escapan de las manos y que ni siquiera se tienen en cuenta. Ya que apenas se hace nada en materia de arte actual, ni con los yacimientos arqueológicos ocultos en el campo, con la literatura, con el cante autóctono, con el patrimonio industrial o el comestible. Porque el patrimonio es la huella que dejamos tras de si los humanos y el recuerdo que queda de nosotros.

Es por ello que desde estas líneas abogo a todos a pensar en una ciudad que vaya más allá de la postal, que es estática y bella. Seamos un municipio activo y que se mueva enarbolando la bandera del Patrimonio Cultural como signo distintivo de los carmonenses.

viernes, 1 de mayo de 2015

El proyector de Alfredo: Solaris (Andrei Tarkovsky, 1972)

Por Tom Hagen.

“Recuerda. No estamos en la Tierra”.

Solaris está basada en la novela del mismo título de 1961 de Stanislaw Lem, importantísimo escritor polaco especializado en la ciencia ficción bien entendida : como vehículo de reflexión sobre la naturaleza humana en relación con el resto del universo. Aunque es la película más conocida de Andrei Tarkovsky, el director ruso no quedó muy contento con el resultado y no la consideraba uno de sus mejores trabajos. En esto coincidía con Lem, que opinaba que no se le dió suficiente importancia al dilema filosófico y a las relevantes questiones que la historia proponía, quedando así la reflexión eclipsada por la potente historia de amor recuperado.

En un futuro indefinido la humanidad lleva décadas estudiando un planeta muy particular llamado Solaris. La superficie de este planeta es un plasma de naturaleza misteriosa que cambia constantemente de forma, color y densidad, y se le llama El Océano. Para su estudio se ha creado una ciencia específica llamada Solarística que se encuentra en punto muerto y a punto de desaparecer ante la falta de avances y resultados con sentido. La continuidad de esta ciencia dependerá de Kris Kelvin, un psicólogo experto en Solarística que será enviado a la estación espacial que orbita alrededor de Solaris para realizar un informe de lo que ocurre allí. Pero antes de iniciar su viaje, del que no sabe si volverá, Kris hará una visita a su padre en la que conocerá la inquietante experiencia años atrás en Solaris de un piloto llamado Burton que sobrevoló El Oceáno en una misión de rescate fallida y quedó socialmente estigmatizado de por vida. Kris llega a la estación, que tiene un aspecto abandonado y descuidado, se respira un ambiente opresivo, como reflejo del estado mental de sus habitantes (la estación llegó a tener ochenta, y ahora quedan tres): Sartorius (astrobiólogo), Snaut (cibernético) y Gibarian (fisiólogo) que se ven forzados a convivir con Los Visitantes. Kris también se enfrentará a su propio visitante: su esposa Hari, fallecida hace diez años.

Tarkovsky es conocido por ser un cineasta críptico y misterioso, pero en este caso la gran virtud de Solaris es su accesibilidad. Se logran plantear questiones de gran carga filosófica sin apabullar al espectador. Eso si, el director no pierde su habilidad para componer planos y secuencias inquietantes que descolocan y fascinan al mismo tiempo. Combina el terror, el thriller psicológico, el suspense y un romanticismo exacerbado con coherencia y mano firme, guiándote por un viaje único y hermoso al abismo de la existencia humana.

La gran cuestión es que el gran reto del ser humano es trascenderse a si mismo y a sus límites, sólo así tendrá acceso al verdadero conocimiento. ¿Pero es esto realmente posible? La condición humana es una barrera para el hombre, su egocentrismo inherente le hace incapaz de abrirse completamente y asumir la existencia de otras formas de vida inteligente. La misma esencia de la humanidad es un obstáculo para el contacto y la comunicación con el Océano, un sistema cerebral gigante capaz de procesos mentales complejos, que al ser incomprensible para el hombre se convierte en su némesis y objeto de aniquilación. Porque el hombre siente el impulso de destruir lo que no entiende y hace un uso inmoral de la ciencia. Se establecen barreras artificiales, y se daña el concepto de pensamiento sin límites, que es esencial si queremos conocer y entender el universo que nos rodea y del que formamos parte. Debemos asimilar que no somos la medida de las cosas, sólo una parte más del mecanismo del cosmos. Y una parte muy insignificante. “El hombre necesita al hombre”, queremos extender la Tierra al resto del Universo, en realidad no nos interesa conquistar y conocer el cosmos. Cuando pisamos terreno desconocido nos supera y no sabemos qué hacer con la nueva información sobre otros mundos. Queremos otra Tierra porque tememos lo que no comprendemos. Si se busca la verdad, se está condenado al conocimiento, y es una condena porque ser consciente que existe algo más grande en el universo que nosotros es doloroso de asimilar.

A lo largo de la película se establecen continuas contraposiciones: emoción vs observación científica, buena persona vs buen científico, poeta vs funcionario. Una cosa lastra a la otra, son irreconciliables y al final, excluyentes. La percepción puramente humana no es fiable, no es científica, en determinadas circunstancias la emoción es enemiga de la observación serena y objetiva. Si debemos renunciar a lo que nos hace humanos, olvidarnos de nosotros mismos para mantener una mente científica aséptica en la búsqueda del verdadero conocimiento,¿es una utopía el conocimiento sin límites?¿ es la fragilidad de la mente humana un obstáculo insalvable? La locura ante lo que no llegamos a comprender, la soledad en el exilio del espacio, la incomunicación, la falta de contacto humano, la depresión, hacen que olvidemos las verdaderas razones que nos hacen querer estar vivos. El hombre, fuera de su hábitat, sufre. Nuestra concepción ombliguista del universo puede llegar a destruirnos (Gibarian es un ejemplo).

Por eso los visitantes son un peligro para la misión, desestabilizan y amenazan a la razón, constituyen un riesgo fatal en el momento que se establece contacto emocional con ellos. Estos visitantes empezaron a aparecer tras el primer bombardeo con radiación a la superficie del Océano. La explicación que se le da a estas presencias es que Solaris se alimenta de los sueños, extrae islas de memoria y responde a la radiación con la materialización de estos seres sacados de las mentes de los habitantes de la estación. ¿Son un intento de comunicación por parte del Océano? ¿son una venganza o una lección? El problema es que en todo acto de comunicación, el emisor y el receptor deben compartir cierto nivel de signos y significados para entenderse, y ya sabemos que al ser humano no se le da bien dejar su ego aparte y asumir que está tratando con una inteligencia superior. Así que la destrucción de estas presencias es la única salida que encuentran a este dilema. Pero los visitantes son regenerables y vuelven a aparecer. Son seres primigenios, puros de sentimiento, con todo por descubrir, con una gran necesidad de amor y compañía, y su humanidad va creciendo a medida que pasan más tiempo con los habitantes de la estación.

El gran exponente de los visitantes es Hari (la difunta esposa de Kris), que posee una mente analítica y articulada, que expresa cómo se siente en cada momento y reflexiona sobre su propia existencia. Se pregunta ¿quién soy? ¿de dónde vengo? ¿a dónde voy? lo que la convierte en el alma de la película y la depositaria del cariño y la ternura del espectador, que al igual que Kris no tiene más remedio que enamorarse de ella. El personaje de Hari es la encarnación de la pregunta: ¿qué nos hace humanos? Hari “aprende” intuitivamente a ser humana, utilizando su capacidad innata para sentir. Al final, es un ser humano completo porque ama y es capaz de sacrificarse por amor. Asi que ¿es el amor una capacidad estrictamente humana y por tanto definitoria? Nuestra naturaleza está conformada por todo lo que la ciencia no puede medir ni cuantificar: la felicidad, el amor y la muerte. Estos son los misterios y las simples verdades humanas que perdemos en el camino del conocimiento, porque lo que es indispensable a la vida es dañino y un obstáculo para la expansión de la mente científica.

¿Está el hombre condenado a la tristeza y la desolación si pretende conocer de verdad el universo que le rodea? ¿Hemos olvidado, en esta carrera por el conocimiento, que las personas son la principal razón para vivir porque el amar nos define como humanos?, ¿hemos perdido el instinto del sentido de lo cósmico, que sí entendían los antiguos? Ellos comprendían cual es nuestro lugar en el universo y sabían decodificar las señales que venían del cielo, y así ampliar su percepción de la naturaleza y aplicar ese conocimiento a su cultura , lo que les convertía en verdaderos sabios.

Kris encuentra su propia respuesta a estas cuestiones y decide quedarse dónde más le han querido, porque los lugares se impregnan de nuestras vivencias y sentimientos, y van adquiriendo una carga emocional imprescindible para alejar de nosotros la soledad y la tristeza. El refugio del hombre vuelve a ser el propio hombre.

martes, 7 de abril de 2015

El proyector de Alfredo: I Vitelloni (Fellini 1953)

Por Tom Hagen.

“Los Inútiles”, como se llamó en España, es la tercera película de Federico Fellini y la primera en recibir reconocimiento crítico: el León de Plata al mejor director en la Mostra de Venecia de 1953 y una nominación al Oscar al mejor guión original. Aquí se reúnen nombres imprescindibles del cine italiano (posiblemente la cinematografía más impresionante que existe) como el guionista Ennio Flaiano, el compositor Nino Rota y los actores Franco Fabrizi, Alberto Sordi, Leopoldo Trieste y Franco Interlenghi (el inolvidable Pasquale en El Limpiabotas de Vittorio de Sica). Qué se puede decir. Viva Italia.

¿Pero qué son los “vitelloni”? Es un concepto parecido al ni-ni del siglo xxi. Se refiere a jóvenes de provincias que se dedican a matar el tiempo mientras les mantiene su familia, sin perspectivas de futuro ni intención de buscar trabajo.

Esta historia se centra en un grupo de cinco amigos: Alberto, Leopoldo, Moraldo, Ricardo y Fausto. Leopoldo (Leopoldo Trieste) es escritor y dedica sus noches a trabajar en una obra de teatro en la que tiene puestas todas sus ambiciones artísticas. Leopoldo vive con sus tías, que le cuidan y le atienden, aunque él no se relaciona mucho con ellas al estar imbuido en su propio mundo intelectual. Ricardo (Riccardo Fellini, hermano del director) es cantante de ópera aficionado, es el payaso del grupo y nada merece demasiado atención de su parte, sólo satisfacer su constante apetito. Vive con sus padres y cada noche observa un poco preocupado antes de acostarse cómo su barriga va creciendo. Fausto (Franco Fabrizi) es el líder del grupo, el macho alfa. Es caprichoso, inconsciente, irresponsable y huye (literalmente) de los problemas y las responsabilidades. Su mayor debilidad son las mujeres y no puede (o quiere) evitar perseguir a todo especimen femenino que le pasa por delante. Fausto vive con su padre viudo y una hermana pequeña. Alberto (Alberto Sordi) admira profundamente al bello Fausto, es su guía y modelo a seguir, vive la vida a través de él y no parece tener interés por nada más. Alberto vive con su madre anciana y su hermana mayor. Moraldo (Franco Interlenghi) es el más joven, se deja llevar por el resto del grupo pero hay algo dentro de él que le inquieta y le dice que la vida que llevan no es la adecuada, aunque de momento no hace nada para cambiarla. Vive con sus padres y hermana, en una casa grande y con todas las comodidades que su padre ha podido darles a fuerza de trabajo.

Esto es lo que piensa Ricardo de los trabajadores.

El escenario por donde se mueven estos personajes es una ciudad costera que sólo cobra vida los tres meses de verano. El resto del año, cuando los veraneantes se marchan, queda la monotonía y la desolación para los habitantes permanentes, que se buscan la vida como pueden. El inicio de la película marca el fin del verano y el comienzo del mal tiempo. Se está celebrando Miss Sirena 1953 y una voz en off nos presenta a los cinco amigos. Sandra, la hermana de Moraldo, gana el certamen, pero está incómoda y no se siente bien. De pronto, sopla el viento, empieza a llover con fuerza y toma forma una de esas escenas que tanto controla Fellini, donde participa mucha gente y reina un aparente caos (otro ejemplo es la fiesta de Carnaval). Sandra se desmaya. Está embarazada del mujeriego Fausto. Estamos en 1953 y esto lo cambia todo. Fausto se casa con Sandra, una chica buena e inocente que le quiere de verdad, ¿pero será capaz de asumir la responsabilidad de una familia y dar el salto a la etapa adulta?¿Cómo afectará esta nueva circunstancia a los demás miembros del grupo?

Los chicos juegan al billar, se sientan en las terrazas de los bares, pasean por las playas desiertas, van a ver pescar a Giudizio (un joven discapacitado que sale adelante con pequeños trabajos) y fantasean con viajar, con estar con bellas mujeres, sin pensar en el futuro ni hacer verdaderos planes de vida. Son gente atrapada, demasiado acostumbrada a no evolucionar, a no actuar para cambiar las cosas. Viven la comodidad de la insatisfacción por lo conocido, siguen la inercia de la rutina.¿Hacia dónde ir sin un objetivo, una ambición o una motivación? ¿Qué camino seguir en un entorno sin aparentes posibilidades?

Pagan sus ociosas actividades con dinero prestado por familiares y amigos. No saben lo que es trabajar para mantenerse y viven fuera de la vida real y sus problemas. Ríen y bromean mientras esperan que llegue una vida adulta que no se dan cuenta que ya ha comenzado porque están inmersos en la burbuja de la adolescencia alargada. El tiempo pasa y lo único que cambia en ellos es la manera de llevar el pelo, el bigote o la barba. Pasan las horas a contratiempo del horario de la gente obrera, escriben de noche como Leopoldo, o recorren las calles de madrugada como Moraldo, mientras la gente que tiene que madrugar duerme desde hace horas. En un paseo nocturno, Moraldo tiene un encuentro con Guido, un niño que se levanta a las 3 de la madrugada para trabajar en la estación de tren. Guido le impresiona profundamente, ya que en el mundo de Moraldo los niños no madrugan para ir a trabajar ni tienen responsabilidades de adultos y ve que Guido vive su situación con una normalidad pasmosa y una madurez impropia de su edad. Algo hace click en la mente de Moraldo, a quien Fellini conecta constantemente con la via del tren, con la idea de emprender un camino con destino deconocido, con atreverse a dar el primer paso y a ver dónde te lleva.

Los cinco solamente se ven integrados con el resto de la gente en dias festivos, cuando todos ríen, descansan y celebran. La fiesta de Carnaval nos muestra su visión del amor, que es lúdica, inmediata y sensual, sin pensar en relaciones estables ni futura familia. Es la visión de cinco adolescentes eternos que no parecen darse cuenta de la anomalía que representan para los demás. En esta fiesta que se celebra en un teatro, Alberto, tras una noche de borrachera y exceso, sufre una crisis de ansiedad y expresa a Moraldo su descontento en general y su desprecio por sus amigos . El problema es que Fausto se ha casado, por lo que Alberto ha perdido a su guía y modelo y se plantea que a lo mejor debe seguir el camino marcado por las normas de la sociedad: trabajo, casa, mujer e hijos. Alberto está confuso y siente el vértigo de la idea de entrar en la vida adulta de una vez por todas. Pero su mente vuelve a fugarse ante el conflicto y prefiere darle la espalda fantaseando con viajes exóticos. Es el callejón sin salida que probablemente le mantendrá atrapado en su pueblo para siempre. No atreverse puede matarte lentamente.

Fausto sigue comportándose como un pavo real en celo, pierde el trabajo por intentar seducir a la mujer del jefe, que le ofreció el empleo como favor personal a su suegro. Sigue engañándose a si mismo creyendo que puede seguir comportándose así sin afectar su matrimonio con Sandra, en un ejercicio de egoismo ingenuo sin parangón. Sólo se planteará la seriedad de su rol como padre de familia cuando Sandra le da una lección desapareciendo con su hijo durante unas horas y dándole un buen escarmiento a este niño de 30 años que nunca ha tenido que cuidar de nadie. Leopoldo ve posibilidades de salir del pueblo cuando consigue leer su obra de teatro a Sergio, un viejo actor venido a menos al que ahora sólo contratan los teatros de tercera fila. Leopoldo le explica que se siente incomprendido en una pequeña ciudad de provincias cerrada y materalista que no respeta el mundo intelectual. Se siente encerrado y es muy consciente del paso del tiempo. Sergio se muestra entusiasmado con la obra de Leopoldo, pero éste no percibe los verdaderos intereses del viejo actor (una relación sexual rapida en la playa, precursora del “cruising”) y vemos esfumarse en el aire la posibilidad de escapar del pueblo y dedicarse a su vocación de escritor y poeta. Los muchachos reciben sacudidas que bien entendidas podrían verse como oportunidades para cambiar el rumbo y la mentalidad. Fausto parece haber asumido su responsabilidad como padre y esposo tras el susto de la desaparición y Alberto se queda a cargo de su madre tras la fuga de su hermana con su amante. Los futuros de Leopoldo y Ricardo también son una incógnita, pero todo indica que les será muy complicado soltar el lastre y construirse una vida propia. Al único al que vemos actúar es a Moraldo, que hace la maleta y se sube al primer tren que pasa. El alivio que se siente al ver a Moraldo marcharse es comparable a la melancolía que te invade al ser testigo de una de las despedidas más hermosas del cine. Después el tren se aleja y Moraldo comienza su camino.

lunes, 16 de marzo de 2015

Mujeres de Carmona, una exposición fotográfica de Fernando Baeza

El fotógrafo Fernando Baeza organiza, junto a la Asamblea Local de IU Carmona, una exposición fotográfica que tendrá como protagonista a la Mujer de nuestra ciudad.

Desde hoy lunes 16 de marzo se podrá visitar en el Museo de la Ciudad de Carmona, calle San Ildefonso nº 1, la exposición fotográfica “Mujeres de Carmona”, obra de Fernando Baeza y organizada por IU Carmona. En dicha exposición, en la que participan 15 mujeres de distintos sectores de nuestra ciudad, queremos poner en valor el trabajo de la mujer, destacando su repercusión social, laboral y familiar en la Carmona de hoy.

Según IU, “gran parte de los logros sociales en Carmona han sido a consecuencia de la lucha constante de la Mujer, en demasiadas ocasiones silenciada. Con esta exposición rendimos nuestro particular homenaje a la mujer carmonense”.

La exposición se inaugurará hoy lunes 16 de marzo a las 18 horas en el Museo y la entrada será libre.

Os dejamos con la entrevista realizada por Onda Carmona a Encarnación Milla sobre esta exposición.

sábado, 21 de febrero de 2015

Presentación de "La Dulce y virginal Srta. Fany" segunda novela de Ramón Talavera



El pasado día 13 de febrero, en el aula cultural "Maese Rodrigo" (antigua capilla del hospital San Pedro) asistimos a la presentación de la segunda novela de Ramón Talavera "La dulce y virginal Srta. Fany", dicha presentación corrió a cargo de María de Gracia Carrera Fernandez (Coordinadora del área de Cultura).

Aunque ya jubilado, Ramón Talavera fue profesor de magisterio durante 36 años, giraldillo de pro, siempre vinculado a los actos de la "Peña la Giraldilla", participando muy activamente en la cabalgata de Reyes Magos.

viernes, 20 de febrero de 2015

Caminito del Cerezo con la Comparsa "La Mina"



Para finalizar nuestra serie de reportajes "Caminito del Cerezo", hemos estado con la comparsa "La Mina", con la que pudimos disfrutar de sus grades voces, de su amabilidad y sentido del humor.

Desde aqui queremos agradecer a todas las agrupaciones por lo bien que nos han acogido y por la experiencia que hemos pasado, y pedimos disculpas al cuarteto "Tirititran tran tran, nos vamos pal Toran" ya que por un fallo técnico hemos perdido todo el material que grabamos con ellos.