lunes, 12 de enero de 2015

El proyector de Alfredo: Juego de lágrimas (The Crying game, 1992)

Por Tom Hagen.

Estamos en Irlanda del Norte. Un sitio muy jodido. Ocupado y explotado por los ingleses desde hace siglos. Una tierra violenta y empapada de sangre donde tienes que elegir bandos: irlandés o británico, católico o protestante. Y defenderlos con tu vida o sacrificando la vida de los demás.

Fergus y Jody se conocen en la peor situación posible en que dos personas pueden conocerse en Irlanda del Norte: el primero es miembro del IRA y el segundo un soldado británico. Jody es secuestrado como rehén y será ejecutado si los ingleses no liberan en tres dias a un compañero del IRA al que están interrogando y torturando. Fergus es el encargado de vigilarlo y matarlo si es necesario. Vaya manera de empezar una amistad.

Los primeros cuarenta minutos se centran en las conversaciones entre Fergus y Jody, y son claves para entender todo lo que pasará en el resto de la película. Jody se revela como una persona comunicativa, con humor y al que le gustan las parábolas (el escorpión y la rana). Lee a Fergus como un libro abierto y le hace entender que tienen más cosas en común de lo que las circunstancias dejan ver. Los dos son nativos de colonias británicas (Antigua e Irlanda del Norte) y considerados ciudadanos de segunda clase. Ninguno de ellos está especialmente comprometido con su bando, están ahí porque algo hay que hacer, es una ocupación como otra cualquiera. Fergus forma parte del IRA porque está fuertemente condicionado por haber nacido en Irlanda, donde la ideología se respira en el ambiente y Jody necesitaba un trabajo. Los dos son personas de gustos sencillos (cerveza en el pub y practicar los deportes de su infancia: cricket y hurling) y con mala suerte en general, a los que la vida ha llevado a trompicones. En circunstancias diferentes podrían haber sido dos amigos tomándose una pinta en un pub hablándose de sus vidas.

Jody demuestra habilidad para intuir la naturaleza de las personas. Insiste en que Fergus tiene buen corazón, en cambio Jude, la única chica del comando y el cebo para atrapar a Jody, es peligrosa y no tiene sentimientos. De hecho vemos como Jude no está muy contenta con su papel de limpiadora, cocinera y cebo para futuros rehenes, y se le nota resentida ante el trato despectivo de sus compañeros. Para colmo se siente atraída por Fergus, pero éste no está demasiado interesado más allá de un rollo ocasional. Jude tiene más problemas que una solterona en una boda. Del resto del comando sólo conocemos un poco más a Peter, el líder con pinta de funcionario, que se toma muy en serio su tarea y está comprometido con la causa hasta la médula.

Jody tiene la teoría que hay dos tipos de personas: los que dan y los que toman. El escorpión y la rana Y cada uno actúa irremediablemente según su naturaleza. Esta idea es para mi la tesis de la película. Aunque en principio todo este discurso puede parecer una argucia de Jody para que Fergus lo libere, apelando al buen corazón del irlandés, para mi toda duda se despeja cuando Jody comparte con Fergus su historia con Dil. Para Jody las mujeres son un problema, pero Dil no lo es, es lo mejor que le ha pasado en la vida. Jody guarda la foto de Dil en la cartera y pide a Fergus que la saque y la mire. Y Fergus entiende enseguida porqué Jody ama a Dil. Jody suplica a Fergus que cuando todo acabe vaya a ver a Dil a Londres y se asegure que está bien. Fergus se muestra reacio pero acepta. Llega la mañana de la ejecución y Fergus escolta a Jody por medio del bosque para darle el tiro de gracia. Inesperadamente Jody sale corriendo y Fergus se niega a dispararle por la espalda. Jody llega hasta la carretera y es atropellado por los tanques del ejército británico que vienen a rescatarle. Fergus es testigo horrorizado del desenlace de la situación y no tiene más salida que huir de allí. Nunca sabremos si hubiera sido capaz de matar a Jody. Fergus huye de Irlanda y viaja a Londres, donde trabaja en la construcción y vive en una pensión con un nombre falso, Jimmy.

Y a partir de ahora la película pertenece a Dil. Fergus se decide a cumplir con el encargo de Jody y va a la peluqueria donde trabaja. Fergus no le dice quién es ni a qué ha venido, simplemente se corta el pelo y se deja llevar por el magnetismo de Dil : su seguridad, originalidad, sentido del humor, control de la situación en todo momento, iniciativa y sensualidad. Fergus se va introduciendo en el mundo de Dil y descubre a una persona frágil y terriblemente vulnerable siempre en busca de algo que se parezca al amor. Una persona tierna que se entrega y nunca es correspondida de la manera que merece, que es utilizada por perdedores a los que cuida y da todo, para que luego se marchen sin un adiós. No puede evitarlo, está en su naturaleza. Fergus es diferente y Dil lo capta enseguida. Es un caballero y eso le basta para enamorarse de él. Dil le cuenta su historia con Jody y comparte tanto su dolor como su alegría sin dejarse nada dentro. Fergus en cambio sigue escondido tras su alter ego Jimmy y oculta su pasado en el IRA y su gran culpabilidad por ser el causante de la muerte de Jody. Pero el pasado siempre vuelve, y Jude aparece para recordárselo. Fergus debe cumplir una misión o Dil morirá. Puro cine negro con Jude como la villana perfecta: resentida con Fergus por muchas razones, odiosa y sin escrúpulos. No dudaría en hacer daño a Dil, sólo por eso ya causa rechazo. Tras la aparición de Jude y obligado a aceptar la misión, Fergus se comporta de una manera extraña que Dil no comprende. Los celos y la sospecha que Fergus no es quien dice ser, le hacen perder el control y tener una crisis nerviosa que pone en peligro la ejecución de la misión y sus propias vidas. Dil retiene a Fergus con una pistola la noche antes de la misión y con desesperación le explica que ya no puede soportar un abandono más. Su vulnerabilidad está al límite, un golpe más y se romperá como el cristal. Está en un estado que prefiere escuchar palabras de amor aunque sean mentira. Fergus se siente tan impotente que va a explotar. Mientras, la misión se completa sin la participación de Fergus, Peter muere y Jude sale a la caza del renegado. Se presenta en el apartamento de Dil hecha un basilisco dispuesta a masacrar a quien se ponga por delante. Y Jude muere en toda su gloria: encabronada y tiroteada por Dil. Justicia poética. Fergus pide a Dil que huya y se echa la culpa del asesinato de Jude. La escena final es en la cárcel donde Fergus está recluido con vigilancia especial al ser miembro del IRA. Dil viene a visitarlo y Fergus sabe que está perdido. Dil se le ha metido en la sangre. Está en su naturaleza.

Puede que haya controversia en cuanto al tono y al género de Juego de Lágrimas, pero eso la hace original y especial. Y lo más importante es que funciona. Thriller, cine negro, comedia romántica.Todo encaja y tiene un porqué. Ese gran prólogo entre Fergus y Jody da pistas sutiles y siembra las semillas que luego veremos crecer y desarrollarse. Es un guión de hierro, perfecto y muy diferente. Seguro que muchos escritores en Hollywood hubieran dado su brazo derecho a cambio de la autoría de esta historia. Pero este privilegio pertenece a Neil Jordan. A Jordan debemos la existencia de un personaje que es el corazón de la película, que adoramos desde que vemos la foto que Jody enseña a Fergus. Un prodigio de carisma y de ternura, que vive para el amor y no puede encontrarlo. Sólo podemos imaginar qué clase de vida ha tenido Dil para que se conforme con sucedáneos del amor que sólo le provocan dolor y soledad. A excepción de Jody que parece ser la única relación decente que ha tenido. Y precisamente es Jody el que provoca el encuentro entre Fergus y Dil, dos seres buenos con mala suerte. “Busca a Dil”, le dice a Fergus, como una promesa de algo que valdrá la pena. Jody se encarga de juntarlos y la vida se encarga de complicarlo todo, porque como dice Dil: “la vida suele dar giros inesperados”.

Stephen Rea es Fergus. El irlandés de la mirada infinitamente triste. Un tótem en las películas de Neil Jordan. Hay que verlo pidiendo una botella de Guinness y mirando a Dil cantando The Crying Game. Este tío es muy bueno. Forest Whitaker es Jody. Sólo sale cuarenta minutos en la película, pero su cara de “yo sé cosas que tú no sabes” es fundamental.

Miranda Richardson es Jude. Qué bien hace de histérica resentida sedienta de sangre. Una actriz enorme que con esa cara tan bonita y dulce consigue que la odies.

Jaye Davidson es Dil. ¿Quién no querría a alguien como Dil? Una interpretación asombrosamente cálida y humana. Un personaje mítico.

Mención especial al maravilloso Jim Broadbent como Col, el barman amigo de Dil, que tiene la mejor frase: “¿Y quién conoce los secretos del corazón humano?”.

Para terminar, decir que esta película es muchísimo más de lo que yo he contado en este artículo. Os animo a descubrirla.

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