Mañana jueves a las 9:30 horas en la Iglesia del Salvador se inaugura la octava edición del Congreso de Historia de Carmona.
El objetivo de este VIII Congreso, estructurado en once intervenciones, que serán expuestas los días 29 y 30 de septiembre de 2011, será describir las diferentes normativas jurídicas, sus correspondientes formulaciones administrativas, el perfil de los gestores del poder local y el funcionamiento concreto del gobierno municipal de Carmona a lo largo de los tiempos, lo que permitirá por comparación y como fuente de conocimiento observar concomitancias e identificar contrastes.
Los seis primeros Congresos de Historia de Carmona tuvieron carácter sincrónico, dedicados cada uno de ellos -Carmona siempre pródiga- a renovar el conocimiento de una etapa distinta de su pasado. El séptimo inauguró una nueva andadura, teniendo como objetivo el análisis, con un enfoque diacrónico, de los procesos seguidos por los grandes argumentos históricos a lo largo de los tiempos. El primero de esta nueva serie fue dedicado al estudio monográfico del territorio de Carmona, paisaje plural, de tierras feraces, pródigas en recursos complementarios. Del cuerpo que da sustento a la cabeza, del territorio a la ciudad, por lo que este VIII Congreso de Historia de Carmona tendrá como objetivo el estudio del gobierno municipal a lo largo de la Historia.
Carmona, en un emplazamiento providencial, bastión inexpugnable dominando en su centro un vastísimo territorio, adquirió carácter urbano con un temprano asentamiento fenicio, consolidado en época cartaginesa. Por entonces la ciudad pasaría a ser cabecera y emblema de toda la región, haya que identificársela o no, según una reciente hipótesis, con la misma Akra Leuké -"La fortaleza blanca"-, topónimo con el que los griegos designaron a la misteriosa capital fundada por Amílcar Barca y donde también murió el gran general cartaginés, padre de Aníbal.
Pero fue en época romana cuando, como la documentación nos permite certificar, el asentamiento de Carmona se consolidó como "polis", centro urbano y referente cívico, sumando al papel económico, la significación religiosa y el carácter defensivo, las funciones política, administrativa y judicial. Dos fueron sus soportes institucionales: una precisa categorización jurídica y la existente de un referente estatutario con valor normativo. La estructura de gestión se formuló con un carácter tripartito: el colectivo de los ciudadanos, un cuerpo de magistrados con capacidad ejecutiva y una asamblea o senado restringido, con autoridad legal y capacidad de supervisión y representación. Así desde entonces y hasta la actualidad. Diversas las expresiones concretas, diversas las ideologías de referencia, diferentes los fundamentos ideológicos, pero siempre unos similares esquemas organizativos.
Carmona, en un emplazamiento providencial, bastión inexpugnable dominando en su centro un vastísimo territorio, adquirió carácter urbano con un temprano asentamiento fenicio, consolidado en época cartaginesa. Por entonces la ciudad pasaría a ser cabecera y emblema de toda la región, haya que identificársela o no, según una reciente hipótesis, con la misma Akra Leuké -"La fortaleza blanca"-, topónimo con el que los griegos designaron a la misteriosa capital fundada por Amílcar Barca y donde también murió el gran general cartaginés, padre de Aníbal.
Pero fue en época romana cuando, como la documentación nos permite certificar, el asentamiento de Carmona se consolidó como "polis", centro urbano y referente cívico, sumando al papel económico, la significación religiosa y el carácter defensivo, las funciones política, administrativa y judicial. Dos fueron sus soportes institucionales: una precisa categorización jurídica y la existente de un referente estatutario con valor normativo. La estructura de gestión se formuló con un carácter tripartito: el colectivo de los ciudadanos, un cuerpo de magistrados con capacidad ejecutiva y una asamblea o senado restringido, con autoridad legal y capacidad de supervisión y representación. Así desde entonces y hasta la actualidad. Diversas las expresiones concretas, diversas las ideologías de referencia, diferentes los fundamentos ideológicos, pero siempre unos similares esquemas organizativos.
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