miércoles, 4 de marzo de 2009

Entrevista cuaresmal: Fernando Correa.

Nombre: Fernando Correa Caro.
Edad: 42 años.
Profesión: Administrativo.
Hermano mayor de la Hermandad de Nuestro Padre.
Hno. de las hermandades de la Columna y Sagrada Expiración.
Antiguo costalero de las hermandades de la Esperanza, Expiración, la Columna y Nuestro Padre.
¿Ha existido una época que podamos denominar como “boom cofrade”?
Realmente el boom cofrade ha existido siempre, lo que ocurre es que tendemos a pensar que lo que hacemos hoy no se hacía ayer y que las hermandades estaban un tanto apagadas. Tal vez ese boom al que haces referencia si pudo ser mayor con la entrada en las hermandades de las cuadrillas de hermanos costaleros, que lo que hicieron es darle más vida a las hermandades, pero estamos hablando de hermandades que tienen varios siglos de historia y que siempre han tenido vida.
¿Nuestras hermandades viven con los tiempos o están anticuadas?
Las hermandades como todo en la vida no tienen más remedio que adaptarse a los nuevos tiempos, en ella van entrando las mujeres, cosa que años atrás nos podía parecer impensable.
¿Qué piensa que abundan más, las hermandades preocupadas por su puesta a punto o las que buscan cumplir sus reglas?
Entre las hermandades hay de todo, pero yo pienso que hoy en día estamos más pendiente de la puesta a punto que de cumplir con las reglas. Con esto no quiero decir que no se cumplan, pero si nos atenemos a las reglas, entre los fines de una hermandad están los cultos a sus titulares y la caridad. Hoy en día dedicamos más tiempo y dinero a estrenos que a caridad.
¿Sabe la Iglesia aprovechar el poder de atracción de las hermandades?
La Iglesia de hoy, y no conviene generalizar, no le saca a las hermandades el partido que les debería sacar. Las hermandades son un foco de entrada de fieles para la Iglesia, pero la mayoría de las veces, nos encontramos demasiados obstáculos para ello. Yo creo que debería estar más abierta a las hermandades y no poner tantas trabas como a veces nos ponen para todo.
¿Por qué las hermandades llenan sus filas de nazarenos y costaleros y las iglesias están vacías?
Hoy en día vivimos una época en la que la gran mayoría ve en la Semana Santa una fiesta, y por lo tanto una tradición que hemos vivido año tras año y que seguimos viviendo. En cambio las iglesias están más vacías porque cada vez es mas difícil encontrar cristianos practicantes. En ello influye también que la iglesia debe modernizarse e intentar que sus sermones lleguen a la juventud, que la juventud se acerque y se encuentre a gusto dentro de una iglesia, pero como ya comentamos antes, se encuentran muchas trabas.
Hay sectores en la Iglesia que se sienten atacados ¿las hermandades también? ¿Por quién?
Al igual que la Iglesia se siente atacada por distintos sectores de la sociedad, las hermandades se sienten atacadas también y muy criticadas a veces porque nos gastamos más dinero como decía antes en estrenos que en caridad. ¿Por quién? Pues principalmente por los que no son creyentes.
¿La crisis afecta a las hermandades? ¿Cómo?
La crisis afecta en parte a las hermandades porque es sabido que los ingresos que entran en una hermandad son pocos y que siempre estamos viviendo y haciendo cosas a cuenta de los donativos recibidos de los hermanos, y como los hermanos y las personas en general si están viviendo la crisis, pues también llega a afectarnos un poco.
¿Las hermandades pueden hacer algo ante la crisis?
Por supuesto que sí, las hermandades en estos momentos en los que las Caritas parroquiales están desbordadas ante tanta familia necesitada, debemos arrimar el hombro más de lo que lo solemos hacer, y entre todos ayudarnos.
¿Crees que debería cambiar algo en la Semana Santa?
En la Semana Santa y en todos los ámbitos de la sociedad no hay nada perfecto y por lo tanto es susceptible de poder realizar cambios que sirvan para mejorar lo que hay. Yo soy hermano de tres hermandades de penitencia y a las tres las quiero por igual, por lo tanto no comprendo cómo puede haber piques entre juntas de gobierno, entre cuadrillas de costaleros, etc... Al final todos debemos estar para lo mismo, para querer a Dios y a la Virgen, sea en la advocación que sea. Debemos recordar que mi Jesús Nazareno es el mismo que el de la sagrada Expiración o que el Cristo yacente de la hermandad del Santo Entierro. Y que mi Virgen de los Dolores es la misma que la de la Humildad o la de las Angustias.
Díganos algo que quiera añadir y no le hayamos preguntado.
Simplemente daros las gracias por darme esta oportunidad de dirigirme a todos los que tengan la dicha de poder leer La Voz de Carmona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario